El último dinosaurio
de Alma Maritano


Una historia de ciencia ficción, con un planeta lejano de habitantes dominados por el temor al último dinosaurio. Hasta él serán llevados dos chicos terrestres, dispuestos a ayudarlos a destruir al terrible "amo" en su caverna. Una alegoría fantástica sobre la vida en el universo.
Solución




Respuesta: Pablo estaba parado en el peldaño inferior de la escalera.

A pensar ...




Pablo estaba de pie en una escalera de 25 metros. Se resbaló y cayó al suelo. Pero él no murió ni se lastimó gravemente. 

Pregunta. ¿Cómo fue esto siquiera posible?
Más humor ... 



EL QUE EMPEZÓ A COMERSE LAS UÑAS
de JAVIER VILLAFAÑE
Empezó por comerse las uñas
después se comió las manos
el codo
el hombro
la espalda
las rodillas
los pies.
Se quiso ir
y se buscaba en la silla
debajo de la mesa
en el ropero
detrás de la puerta
en la sombra de la pared
en la calle
y no estaba.


LOS CINCO BURRITOS
de JAVIER VILLAFAÑE

¡Cómo se quedaron
los cinco burritos
al ver a la luna
dormida en el río!

¿Qué haremos con ella?
¿Con qué la cubrimos?
¿Con la arena fría?
¿Con el viento frío?

¡Cosas de la luna,
dormirse en el río!
¡Cómo la miraban
los cinco burritos!

La luna, redonda
temblaba de frío.
Que duerma esta noche
junto con su niño.

Quien quiere la luna
debe estar dormido.
¡A dormir,
que los cinco burritos
ya están por venir!

¡A soñar,
que la luna redonda
ya está por llegar!

Cargaron la luna
los cinco burritos
y andando despacio
cruzaron el río.

Ya vienen bajando
por este camino.
Con la luna a cuestas
llegan los burritos.

Quien quiere la luna
debe estar dormido.
¡A dormir,
que los cinco burritos
ya están por venir!

¡A soñar,
que la luna redonda
está por llegar!

¡Junto con la luna
dormirá mi niño
y estarán velando
los cinco burritos!


UN PLAN MAESTRO
de Graciela Repún

–Si no levanto las notas, no me dejan salir por un mes –dije el lunes en el recreo.

Juana celebraba su cumpleaños esa tarde. Todo el grado estaba invitado.
Además, el martes, pensábamos ir al cine.

Pero la maestra tomaba los miércoles... ¡Ya no me quedaba
tiempo para estudiar!

–La seño toma a primera hora, ¿no? –preguntó de pronto Carla, que estaba pensando lo mismo que yo. Tenía cara de espanto.

–Sí –le contesté con un hilito de voz.

Sabíamos que la seño era buena. Pero recién se le notaba después de dos horas de clase.

Siempre llegaba al colegio con un malhumor espantoso. En esos momentos, era mejor no ponerse en su camino.

–¡Tengo un plan maestro! –dijo Pablo–. O mejor dicho, un Plan Maestra: ¡Sigámosla!

Lo miré con cara de bobalicona. Siempre lo miro así. Pablo me gusta.

Pero esta vez, Carla, Juana, Ángeles y Ale también lo miraron con la misma cara. Nadie había entendido qué quería hacer.

–Averigüemos si la seño sale enojada de su casa, o si se va
poniendo de mal humor durante el camino.
¡Y hagamos que el miércoles llegue al colegio feliz, así pone
mejores notas!

Era una idea simple, pero GENIAL.

Ese lunes, mientras mis amigos armaban el seguimiento, yo
trataba de aprovechar los recreos para estudiar.

–«En los ríos del Litoral se pesca el patí»... «La llanura es un
terreno plano cubierto de pasto»...
«Las mesetas son secas, hay poca lluvia» –leía yo en voz alta, intentando que se me fijara algo de lo que repetía. Pero el griterío de los chicos jugando a la mancha venenosa no me dejaba concentrar.

Juana y Carla vivían cerca de la casa de la seño. Más de una vez se la habían encontrado en el colectivo.

No les resultó difícil seguirla.

El martes ya sabíamos que: 
1) Nuestra maestra es friolenta y en el colectivo se la pasa
tiritando.

2) Acostumbra a saludar a todo el mundo. Pero muchos no se toman el trabajo de contestarle. Y eso le molesta.

3) Suele traer demasiadas carpetas y siempre se queja de lo
pesadas que son.

4) Detesta comenzar la clase sin que el pizarrón se encuentre perfectamente borrado.

El Plan Maestra era así:

1) Pablo subiría al colectivo cuatro paradas antes. Como es un gordito precioso, se iba a sentar y entibiar el asiento con sus posaderas, hasta que la maestra subiera. Entonces se lo cedería. Así no llegaba muerta de frío.

2) Ángeles suele comer tantas galletitas que ya se hizo  amiga del quiosquero. Le iba a pedir que cuando la maestra pasara a comprar sus pastillas de menta, la saludara con simpatía.

3) Por su parte, Carla le pediría al portero que ese día le sonriera a la seño con más amabilidad que nunca.

4) Ale se cruzaría con la seño apenas entrara para ofrecerle ayuda con las carpetas.

5) Juana y yo llegaríamos a clase antes que nadie. Yo, para
dejarle una manzana y una rosa sobre el escritorio, como un regalo anónimo. Y Juana, para borrar perfectamente el pizarrón. 

Yo seguía intentando repasar en los recreos: «El Aconcagua es la mayor altura de la Cordillera»...
«El tren del Fin del Mundo es impulsado por una antigua
locomotora a vapor»... «Según la altura del calendario, hay plantas que pierden sus hojas»... Pero había tanto bochinche alrededor mío que no escuchaba ni mis pensamientos.

–Es la última vez que intento estudiar en los recreos –me juré.

Y por lo que sucedió después, siempre cumplí mi palabra.
Después del cumpleaños del lunes y la película del martes, llegó el miércoles.

Llovía a cántaros. Pablo, apurado, se olvidó el paraguas en su casa.
Subió al colectivo chorreando agua.
Cuando le cedió el asiento a la maestra, lo había dejado
completamente empapado.
Ella no se dio cuenta y se sentó sin ver. Tiritó tres veces más que lo normal.

La seño fue a comprar sus habituales pastillas de menta tosiendo como nunca.

Se encontró con que el quiosquero se hacía el simpático con otra maestra, a la que había confundido con ella. Tuvo que esperar que la atendiera, y encima, que lo hiciera de mal modo.

Al llegar al colegio, el portero no sólo no contestó su saludo, sino que tampoco le sonrió (El pobre hombre acababa de perder su dentadura postiza y no se animaba a abrir la boca).

Ale le ofreció ayuda con las carpetas, pero se tropezó y las hojas se desparramaron. Algunas cayeron sobre el piso del patio mojado por la lluvia.

La seño entró al aula como un huracán y vio el pizarrón escrito del día anterior (A Juana se le había hecho tarde).

Lo borró rezongando y aprovechó para escribir la lección del día.

Pero cuando vio la manzana y la rosa sobre el escritorio se le dibujó la primera sonrisa de la mañana.

Le duró poco: la manzana tenía un gusano y además, se pinchó con una espina.

Tuvo que ir a lavarse la lastimadura, momento que  aprovechó Juana, que acababa de entrar, para borrar lo que la maestra había escrito.

No puedo explicar la cara que puso la seño cuando vio el pizarrón vacío.

Pero no fue nada comparada con la que puso cuando yo empecé a dar la lección.

–«La llanura es un terreno plano donde se cosechan... vacas» – comencé a recitar nerviosamente–...

«El Aconcagua... no es navegable»... «El tren a carbón está en vías... de extinción»...«En los ríos del litoral se pesca pa´ mí»... «En las mesetas la lluvia es seca, pero se siembra mucho guanaco y llama»...«El calendario es una planta de hoja caduca»...

La cara de la maestra se había vuelto irreconocible. Era una
mueca extraña.
Estaba deformada como la de mis compañeros. La clase entera se doblaba en dos de risa. Cuando pudo hablar de nuevo, la seño me dijo:

–Nunca escuché tantos absurdos juntos. ¡Me alegraste el día! No te voy a poner nota, pero el viernes, a la tercera hora, te tomo de nuevo.

¡La tercera hora! ¡La suerte me sonreía! Pero esas cosas suceden una vez en la vida. Desde ese día, mis amigos y yo usamos los recreos sólo para jugar.

Y cuando es necesario, para ayudar a compañeros en apuros con nuevos planes «Maestros»
Cuentos de Humor. Escuchalos...


Los invitamos al que quiera grabar audios de cuentos de humor y enviarlos al email de la biblioteca. Si no tienen textos en casa pueden solicitarlos al email de la biblioteca y se los enviaremos encantadas. Es una forma de compartir con los compañeros y pasar con humor esta situación diferente e inesperada. Para una mejor organización manden el audio al email de la biblioteca junto con su nombre grado y división.
champagnatbiblioteca2020@gmail.com


Cinthia Scoch y la mandarina ridícula de Ricardo Mariño






Los más famosos inventores de inventos ridículos de Ricardo Mariño








Solución acertijo


El maestro de matemáticas fue el que mató al maestro de geografía. Dijo que estaba haciendo el examen de medio año. Sin embargo, el crimen ocurrió el primer día del año escolar.



Acertijos... descubrí al culpable.





El primer día del nuevo año escolar, durante el último recreo en uno de los salones fue encontrado el cuerpo del maestro de geografía. La policía tenía 4 sospechosos: el jardinero, el maestro de matemáticas, el maestro de deportes y el director de la escuela. Todos dijeron qué hacían durante el asesinato:

· El jardinero estaba podando arbustos en el patio trasero.

· El maestro de matemáticas estaba haciendo el examen de medio año.

· El maestro de deportes estaba jugando baloncesto con los alumnos.

· El director pasó todo el día en su oficina.

Justo después de estas declaraciones, la policía arrestó al culpable. ¿Quién mató al maestro de geografía y cómo lo descubrió la policía?


Extraído de https://genial.guru/admiracion-curiosidades/7-acertijos-que-solo-los-verdaderos-detectives-podrian-resolver-465160/#image18923410

Úrsula, domadora de ogros
de Diego Muzzio



Ubaldo y Bertoldo son dos ogros amargados y pasados de moda. Y Úrsula es una alegre nena de once años, que está muy pero muy aburrida. Sus padres y sus abuelos están siempre ocupados con sus trabajos. Así que a Úrsula se le ocurre una idea: ¿por qué no modernizar a esos dos viejos monstruos y transformarlos en dos ogros siglo XXI?
Más de Leo Arias



PALABRAS

de Liliana Cinetto


Escribo palabras,
palabras de tiza
que a los pizarrones
les hacen cosquillas.

Escribo palabras,
palabras traviesas
que llegan y borran
todas las tristezas.

Escribo palabras,
palabras de luna
que cantan de noche
mi canción de cuna.

Escribo palabras,
palabras con brillo
que viajan contentas
dentro de un bolsillo.

Escribo palabras,
palabras de arena
que hilvanan consuelos
para cada pena.

Escribo palabras,
palabras sin dueño
que esconden secretos
y tejen los sueños.

Y escribo palabras,
palabras tan mías
que nacen y crecen
en mi poesía.


Extraído de http://bibliopoesias.blogspot.com/2017/10/poesia-para-chicos-antologia-varios.html
Constelaciones de infancia





Rafles


de Luis María Pescetti
(Del libro Natacha)



-¡Mamá!
-No grites, Natacha, ¿qué querés?
-Que vengas.
-Ya te oí, pero estoy trabajando, ¿Qué querés?
-Venííí.
-¡¿No me podés decir qué querés a ver si desde acá te puedo decir?!
-No, quiero que veas.
-¿Qué vea qué?
-… que te quiero hacer una pregunta.
-Si es una pregunta no hace falta que la vea.
-¡Sí… vení te digo!
-La puedo oír, Natacha; decíme y dejá de gritar que nos van a echar del edificio por tus gritos.
-¡¡¡VENÍÍÍÍ!!!

-… (no, del edificio no, de la ciudad nos van a echar).
-Dale, mami… por favor, vení.
-Ya te dije que no.
-… (silencio).
-…(silencio que presta atención al otro silencio).
-… (silencio muy sospechoso).
-Natacha, ¿qué estás haciendo?
-… (ruidos, risas).
-¡Natacha! ¿Me querés decir qué estás haciendo? ¡Mirá que voy!
-¡No, no vengas!
-¿¡Comó que no vaya!? ¡Claro que voy!
-¡No, mami! ¡en serio, por favor no vengas!
-Lo único que faltaba, ya mismo voy a ver qué estás haciendo (se levanta y va) Natacha, abrí la puerta.
-No puedo.
-¡¿Querés abrirla por favor?!
-No, mami, no hace falta.
-¡¿Qué no hace falta?!
-Ya está, mami.
-¡¿Qué cosa ya está?!
-Lo que te decía que vengas, ya no importa.
-¡¿Qué rompiste, Natacha?!
-Ufa, nada, mami.
-¿Y ese ruido? ¡¿No habrás roto la cajita de música?!
-¿Cuál?
-La que te regaló la abuela, no la habrás roto, ¿no?
-Total no era linda.
-¿¡¡Cómo ERA!!!? ¿La rompiste? Te mato, Natacha, abrí la puerta.
-No fui yo mami, fue Rafles.
-¡¿Quién es Rafles?!
-… (ay).
-¡Natacha! ¡¿Quién es Rafles?!
-… (ay, ay, ay).
-¿Qué son esos ruidos? ¡¡¡No!!! ¡Natacha! ¡¡¡Vos ahí tenés un perro!!!
-… te dije mamá que ya no importaba (abre la puerta).
-¡¿De dónde sacaste ese perro?!
-No te preocupes, mamá, lo encontré en la calle.
-¿¡En la calle?! ¡Ya mismo lo sacás de la casa!
-¡No, si él se va yo también me voy!
-¡Perfecto!
-No mami, dejáme, siempre quise tener un perro.
-Pero vivimos en un departamento, Nati… no se puede.
-Por favor, mamá.
-… es un lío…
-¿Viste qué lindo que es?
-… mirá cómo está tu cuarto, todo revuelto, Natacha
-Es el Rafles, mami, que no se quiere quedar quieto, ya le dije que si no se porta bien se va de la casa.
-Ya no se portó bien, Natacha, ya se tiene que ir, te destrozó tu cuarto.
-No, pero ahora recién empieza a aprender.
-Si así empieza, cómo será cuando termine.
-vas a ver qué bien se va a portar. Yo le voy a pegar cartelitos para recordarle que se porte bien.
-El perro no lee.
-Yo le voy a enseñar a leer y a escribir.
-Los perros no leen ni escriben, Nati.
-El Rafles sí, mamá.
-Mirá, Natacha, vamos a regresarlo a la calle.
-No mamá, te prometo que yo lo cuido.
-… (silencio que se imagina bañando y dando de comer al perro).
-Sí, mami, vas a ver.
-Mirá… vamos a probar una semana, si se porta mal se va. ¿De acuerdo?
-So.
-¿Sí o no?
-Ni.
-¡Natacha!
-Ufa, bueno sí.
-Vení, vamos a llevarlo al veterinario.
-¿Para qué, mami?
-Para que lo bañen y lo vacunen, Natacha, vamos.
-vení, Rafles que en el camino te empiezo a enseñar… mirá, esta letra es la W…

Extraído de 
https://www.luispescetti.com/rafles/

Vos ya conocés a un poquito a Natacha.... es una niña muuuuy creativa. Se te ocurre alguna idea acerca de por qué le habrá puesto ese nombre al perro. Si te animás mandalo al email de la biblioteca. champagnatbiblioteca2020@gmail.com

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